El fin de una dinastía

 

La dinastía de los Warriors se va a recordar por los momentos de júbilo, casi más por la calidad que por la cantidad de su victorias, y no por su final. Son cuatro campeonatos en ocho años, con varios ajustes de plantilla para conseguirlo pero con una misma columna vertebral. Que el epílogo de esta temporada, que se firmó esta noche de martes en Sacramento, no sea el de esta saga de un estilo sin igual.


Porque se van del play-in como entraron: décimos. Durante la última parte de la temporada aceleraron, pero el Oeste sólo les permitió escalar hasta ahí. Así de compleja está su conferencia en estos días. A un partido siguen siendo peligrosísimos, pero los Kings les tomaron la ventaja y vengaron aquel partido antológico de Curry en el Golden 1 Center. Esta vez cayeron y por bastante. 118-94. Un buen trabajo de los locales para desactivar todos los resortes que hacen funcionar a Golden State.

En el caso de los Warriors vimos la peor cara de la moneda. Bandera blanca para firmar la paz al final tras un duelo en el que no se sintieron cómodos en ningún momento y en el que sólo al borde del descanso sintieron algo parecido al alivio. Los Kings cerraron huecos, metieron las que tenían más sencillas y dieron más pasos hacia delante de los que dio su rival. Sin más. Un choque con severas diferencias.

Hay que negarse a ver a este Klay Thompson cerrando así su etapa en la franquicia que le ha dado todo: 0/10 en tiros en media hora de juego no le hace justicia. Aunque sí fue sintomático, tanto de que ya no es el que era por las lesiones que ha tenido como que su influencia en el esquema también se ha reducido. Su contrato termina este verano y Steve Kerr, en la rueda de prensa posterior, pidió públicamente su renovación. 

Tampoco funcionaron los interiores, Trayce y Looney, lejísimos de un nivel mínimo; Green, aporte subterráneo aunque de corto alcance; y una de las grandes decepciones también está en Chris Paul, el que llegaba al roster para ser la tercera pata exterior y acabó con tres puntos y dos asistencias un encuentro el que los Warriors estaban necesitados de inputs que sólo tipos con su calidad y experiencia pueden aportar. Curry salvó la papeleta con 22 tantos y sin su icónica sonrisa en la cara. Muestras de que estamos en un final. De todo o una buena parte. Algo se muere en el alma.

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